lunes, 16 de noviembre de 2015

¿Feminismo o rol tradicional?

“mujeres que exigen igualdad y equidad, pero que cuando se les trata igual que a los hombres se sienten ofendidas, quieren caballeros que paguen la cuenta del restaurante, que abran la puerta del auto, que aporten al gasto familiar, pero ellas no están dispuestas a realizar las mismas actividades que hacen los hombres, por el solo hecho de escudarse en la condición de mujer”…..


Los derechos de las mujeres se han vuelto un tema debatido, discutido y controvertido. Hoy las mujeres con toda libertad pueden exigir la igualdad de oportunidades laborales y el ejercicio de sus derechos fundamentales. Sin embargo, se tiene una idea somera de los términos equidad, igualdad y paridad.

La equidad se refiere a la defensa de la igualdad entre el hombre y la mujer respecto al uso y control de los bienes y servicios en una sociedad. Es decir, la mujer puede recibir la misma remuneración económica frente al mismo trabajo que realiza un hombre.

La igualdad reconoce el trato idéntico entre el hombre y la mujer, sin ningún tipo de discriminación por raza, sexo o religión. Por ende, el acceso a cualquier tipo de oportunidad laboral o de la vida cotidiana, no debe ser objeto de discriminación por el género. El término paridad, hace referencia a la promoción y el aseguramiento eficiente de la participación de la mujer en el mismo porcentaje de oportunidades que el hombre.

Esta diversidad y pluralidad de conceptos y por añadidura, de derechos, protegen a la mujer ante la ley y, en el ámbito social/moral las escudan para olvidar estructuras mentales que fueron impuestas durante décadas respecto a un prototipo de mujer. La mujer durante décadas, ha luchado por alcanzar la igualdad y reivindicación de sus derechos, lo ha hecho a través de movimientos sociales destacados como el feminismo.

El feminismo es un movimiento social, cultural, político que pide la reivindicación de los derechos de las mujeres, cuestionan la dominación y la violencia de los varones sobre las mujeres respecto a la asignación de roles sociales según el género.[1] ¿Pero quien impone los roles sociales?, fue la misma sociedad y la estructura familiar quien impuso que las mujeres deben cocinar, lavar, planchar, cuidar a los hijos, atender al marido, etc.
                  
El feminismo como movimiento social tuvo logros significativos y fue participe e impulsor de grandes cambios, por ejemplo: En el aspecto jurídico, las mujeres han alcanzado derechos que rompieron paradigmas. A partir de 1953, pueden votar y ser votadas, ejercer sus derechos políticos con toda libertad, ser presentadas ante la ley en igualdad de condiciones, elegir tener hijos o no (derecho al aborto), el matrimonio es un contrato social con igualdad de derechos y obligaciones entre la pareja. La ley las protege contra delitos como violencia intrafamiliar, trata de personas, acoso sexual, hostigamiento sexual, feminicidio, etc. Con ello, ejercen sus derechos fundamentales y actualmente les permiten mejorar sus condiciones de vida.

Incontables mujeres con la bandera feminista, que luchan a diario por la igualdad y equidad de género, no aceptan los roles que la sociedad impone, aguerridas mujeres y respetables personajes; Tal es el caso de Malalá Yousafzai, ganadora del Premio Nobel de la Paz en 2014, joven conocida por su activismo a favor de los derechos civiles, especialmente de los derechos de las mujeres en el valle del río Swat, donde el régimen talibán ha prohibido la asistencia a la escuela de las niñas.

Basta con el ejemplo, para observar como del movimiento feminista han surgido grandes personajes. Sin embargo,  también del movimiento se han aprovechado muchas mujeres, quienes a través del concepto de “feminismo”, pretenden anteponer su condición de mujer, exigiendo una supuesta “equidad e igualdad”, generando cierta comodidad.

-Hay mujeres que exigen igualdad y equidad, pero que cuando se les trata igual que a los hombres se sienten ofendidas, quieren caballeros que paguen la cuenta del restaurante, que abran la puerta del auto, que aporten al gasto familiar, pero ellas no están dispuestas a realizar las mismas actividades que hacen los hombres, por el solo hecho de escudarse en la condición de mujer-, ¡entonces! ¿Donde esta la igualdad?, se debe tener congruencia y coherencia, o ¡eres feminista o no lo eres!. Exigen libertad, igualdad de oportunidades laborales, pero cuando se requiere mayor compromiso, anteponen su condición de género.

Las mujeres pueden ser igual de exitosas y profesionistas que un hombre en cualquier aspecto, pero considero que en el aspecto físico “algunas mujeres no pueden cargar con tanta facilidad el botellón del agua para colocarlo en un servidor”, tal vez pueden competir en igualdad de oportunidades laborales con un hombre, pero no siempre físicamente. Por ello, el concepto de la igualdad solo debe ser entendido en el aspecto jurídico, no biológico ni social.

En el aspecto social, las mujeres durante siglos han sido educadas para asumir roles de bajo perfil,  a partir de movimientos sociales como el feminismo, algunas personas dejaron de opinar que es contra natura que asuman roles específicos de los hombres. A través de la apertura ideológica del siglo XX y XXI es como la mujer ha ganado terreno en todos los ámbitos.

Romper las estructuras sociales y morales inculcadas e impuestas a muchas mujeres por las madres o padres, ha sido una tarea monumental, porque se les ha enseñado que la mujer debe cocinar, lavar, planchar, atender a los hijos, al marido, ser exclusivamente ama de casa. Considero, que los roles sociales y las ideologías religiosas impuestas por la moral en turno, dependen de cada persona, no se necesita ser feminista para asumir los roles que deseas. Si bien, es complicado romper esquemas, para ser exitosa no se necesita únicamente ser profesionista, se puede ser exitosa también en casa en las labores del hogar.

Dicha ruptura de paradigmas y estructuras originó formas de pensamiento distintas, actualmente hay hombres feministas, que actúan en pro de los derechos de la mujeres, coadyuvan en la vida familiar en igualdad de condiciones, impulsan a la mujer a la superación personal y profesional. Por otro lado, aun existen hombres que no toleran que la mujer haya roto los esquemas y estructuras sociales o morales (sobretodo en México), con ello, aclaro no se criminaliza ni se juzga a esos hombres, ya que biológicamente los hombres son  proveedores y protectores, ante tal panorama decidamos bien, ¿Qué rol se pretende tomar?, el feminista, el antifeminista o el tradicional. Seamos congruentes y coherentes, las mujeres pueden ser proveedoras, profesionistas, independientes pero no pasa nada si lavan ropa, cocinan o lavan trastes.




[1] Haslanger, Sally, Tuana, Nancy and O'Connor, Peg, "Topics in Feminism", The Stanford Encyclopedia of Philosophy (Summer 2012 Edition), Edward N. Zalta (ed.)